Nombre: Montgomery Clift
Fecha de nacimiento: 17/10/1920
Lugar de nacimiento: en Omaha, Nebraska (Estados Unidos).
Nacionalidad: Estados Unidos.
Fecha de nacimiento: 17/10/1920
Lugar de nacimiento: en Omaha, Nebraska (Estados Unidos).
Nacionalidad: Estados Unidos.
Nació el 17 de octubre de 1920, en Omaha, Nebraska (Estados Unidos).
Después de establecerse en Nueva York, viaja a Chicago y por distintos puntos del continente europeo; ingresa en la escuela privada de Saint Moritz, en Suiza, por espacio de un año; escribe la pieza teatral The Conversion of King Cloris; debuta sobre los escenarios con As Husbands Go (1933), en Sarasota, Florida; con tan sólo catorce años aparece en Fly Away Home, cuya dirección escénica corre a cargo de Thomas Mitchell (1934).Nominado al Oscar al Mejor Actor por Los ángeles perdidos (1948), por Un lugar en el sol (1951) y por De aquí a la eternidad (1953); Nominado al Oscar al Mejor Actor Secundario por Vencedores o vencidos / El juicio de Nüremberg (1961). Hijo del vicepresidente del Omaha International Bank William Brooks Clift.
En un artículo aparecido en Films & Filming, C. Cole se refería a Montgomery Clift con el título Eyes that Say More than Words ("Los ojos que dicen más que las palabras"). Una síntesis acertada del poder hipnótico que emana Clift en la gran pantalla. Montgomery Clift constituye una personalidad singular dentro del cine, carente del aura mitológica que envuelve a sus compañeros de "método" y de generación, Marlon Brando y James Dean. Probablemente se deba a que el actor de Nebraska nunca accedió a un tipo de film que marcara un modelo de interpretación a seguir, como sí lo hicieron Brando y Dean. A pesar de sus raíces comunes en el Actors Studio, desde un principio Clift siguió unas directrices propias, sin recurrir a un despliegue de expresiones corporales y concentrando su fuerza dramática en un rostro que transmite un magnetismo especial, a caballo entre el sentimiento de ternura y de angustia. Pese a las reticencias iniciales de su compañero de reparto John Wayne, Clift salvó con una cierta amplitud su primer compromiso ante las cámaras en Río Rojo. Aunque representaba prácticamente la antítesis como intérprete de William Holden, Clift había sido propuesto para recrear al periodista Joe Gillis en El crepúsculo de los dioses. Así pues, Clift dio por concluido su contrato con la Paramount, decantándose a partir de entonces por una serie de papeles que prestigiarían su trayectoria --George Eastman en Un lugar en el sol, el padre Michael en Yo confieso y Robert E. Lee Prewitt en De aquí a la eternidad, una emotiva traslación cinematográfica de la obra de James Jones, un autor con el que trabajaría en diversos proyectos, infelizmente abortados. Tras una incursión en el mercado europeo con la confección de Estación Termini --una muestra de neorrealismo que entronca con los postulados de su segundo film, Ángeles perdidos-- y la representación escénica del clásico de Anton Chejov La gaviota, Montgomery Clift vivió el momento más delicado de su carrera y de su corta existencia. Los médicos tuvieron que reconstruir un rostro desgarrado a causa de las múltiples lesiones y heridas que sufrió como consecuencia de un accidente automovilístico durante un descanso del rodaje de El árbol de la vida. Por tanto, se cernía un interrogante sobre el futuro de un actor que cumplía unas expectativas superiores incluso que James Dean, fallecido en otro terrible accidente de carretera unos meses antes.
El apoyo recibido por actores como Kevin McCarthy y Elizabeth Taylor --en una relación casi maternal que se percibe en sus recreaciones conjuntas en el celuloide-- o de directores como Edward Dmytryk y Elia Kazan, le procuraron una continuidad laboral que acabaría por perpetuar una imagen atormentada y enfermiza que permanece en la memoria del espectador cuando se hace referencia a Monty Clift. Así pues, su segunda etapa cinematográfica está marcada por una serie de películas que reproducen la tragedia y el fatalismo a través de los ojos y el rostro de Montgomery Clift (Lonelyhearts, Vidas rebeldes, Freud, pasión secreta). Durante el rodaje en De repente, el último verano, Montgomery Clift ya había dado muestras de su frágil estado psicológico derivado de una adicción al alcohol y a algunos estimulantes. Pero en su penúltimo film, Freud, pasión secreta, su composición del insigne doctor austríaco Sigmund Freud era el espejo de un hombre abatido, descompuesto y aquejado de una ceguera parcial que hacía si cabe aún más patética su encorvada figura. Era prácticamente el adiós a un actor que en condiciones normales hubiera dominado el espacio cinematográfico, al menos, durante los años sesenta y setenta.
Murió el 23 de julio de 1966, en Nueva York (Estados Unidos), víctima de una obstrucción de la arteria coronaria
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